¿Cómo se lleva a cabo el nuevo etiquetado energético?

La Comisión Europea y los Estados Miembros han decidido revisar los requisitos para productos con etiqueta energética y reescalar las clases energéticas para que haya una escala uniforme de la A a la G para todos los grupos de productos.

La modificación se introdujo por fases a partir del 1 de marzo de 2021, y la nueva escala A-G se aplica para refrigeradores, congeladores, refrigeradores para el almacenaje de vino, lavavajillas, lavadoras, lavadoras-secadoras y pantallas electrónicas. Estos productos ya no pueden ser comercializados con el etiquetado antiguo. Para otros grupos de productos, la escala A-G se introducirá paulatinamente a medida que se modifican los requisitos legales en los reglamentos.

La modificación significa que en un periodo de transición desde noviembre 2020 a marzo 2021, coexistieron las dos etiquetas energéticas en el embalaje del mismo producto. Una etiqueta energética con las clases energéticas antiguas (A +++ - D), y la otra etiqueta con la escala actual (A - G).

Con los nuevos requisitos, algunos de los tests y métodos de cálculo han cambiado, lo que significa que valores en la nueva etiqueta energética pueden desviarse ligeramente de los de la antigua etiqueta. Sin embargo, el producto es el mismo y cambios similares son iguales para todos los productos dentro de ese grupo de producto.

Desde el 1 de marzo de 2021, los distribuidores tuvieron 14 días laborales para reemplazar las etiquetas existentes con la nueva etiqueta energética en todos los productos reajustados en tiendas físicas y online, así como en materiales de marketing. Sin embargo, los consumidores verán durante un tiempo más el doble etiquetado en fuentes de luz.

El 30 de noviembre finalizó el periodo de transición en el cual se podían vender productos con la vieja etiqueta energética, pudiendo comercializarse únicamente, a partir del 1 de diciembre, productos con la nueva etiqueta energética.